HERRAMIENTA DE TRABAJO

BASE TEÓRICA

En la actualidad, parece que existen datos de investigaciones realizadas, tanto entre el alumnado de Educación Primaria, como entre el alumnado de Secundaria e incluso entre el universitario, que ponen de manifiesto que un alto porcentaje, incluso del colectivo que obtienen aprobado generalizado, no sabe estudiar.

Son muchos los docentes que detectan serias deficiencias y vacíos en el aprendizaje de los estudiantes, por falta de herramientas que les enseñen a “aprender a estudiar”. Podemos decir que a estos vacíos, se llega en muchas ocasiones, por la falta de tiempo que en la escuela se le dedica a la tarea de “enseñar a estudiar”, de forma que el alumnado se inicia en esta tarea entrenándose en la lectura y aprendizaje memorístico de los contenidos, lo cual supone tener que dedicar largas horas de estudio a la hora de preparar un examen, al no alcanzar una comprensión adecuada. De éste modo, en la mayoría de los casos, el alumnado no ve recompensado el esfuerzo realizado en el resultado de sus notas ni tampoco en la ampliación de sus conocimientos, de forma que acaban perdiendo la motivación por el estudio.

En este sentido, los maestros realizan esfuerzos para mejorar el proceso de aprendizaje del alumnado, pero no se obtienen resultados significativos, por lo que se hace necesario dedicar un espacio a entrenar la forma de estudiar del alumnado tanto de Primaria como de Secundaria para construir las bases de su desarrollo integral.

En cuanto a la Etapa de Secundaria, los alumnos, desde el punto de vista intelectual, la evolución será tan importante que les permitirá abordar aprendizajes más difíciles, más abstractos.

El adolescente desarrolla su capacidad analítica, su lógica se transformará y potenciará su sentido crítico; su capacidad de razonamiento le facultará para tomar decisiones temerarias pero realistas. Todo se desarrolla en medio de fuertes convulsiones, que les llevan a posturas rígidas, cuando no extremas.

Su atención se volverá más fluctuante, con frecuencia se empeñarán en realizar varias tareas a la vez, aunque el resultado final esté muy lejos de ser positivo.

El desarrollo de la memoria le permitirá relacionar conceptos diferentes, extraer las ideas comunes entre ellos, ampliar sus conocimientos y su campo de intereses.

El lenguaje se hará más rico, más depurado, empezará a valerse de él para argumentar, para reivindicar, para expresar sus sentimientos, sus necesidades, para acercarse al grupo y adoptar su argot, a veces soez y agresivo, pero normalmente pasajero.

Su forma de pensar evolucionará hasta el punto de permitirle elaborar hipótesis. Le encantarán los debates, las discusiones en grupo, la exposición de los argumentos variopintos.

La potenciación de su sentido crítico y de su afán reivindicativo, hará que por sistema cuestione las normas de los adultos.

El problema de muchos alumnos no es que estudien mal o no puedan, sino que, simplemente, no estudian. Hacen tareas, deberes y dibujos pero no estudian. Se meten en su cuarto y todo el mundo está convencido de que están estudiando. Pero han podido pasarse la tarde entera haciendo un dibujo o una redacción sin estudiar. Así no van adquiriendo ese paso de conocimientos para cuando llegue el examen.

En muchos casos el estudio se produce unos días antes del examen. Esta situación crea en los padres la idea de que ha estudiado mucho. Tanto al alumno como a los padres le queda la sensación de la última semana y media: se levantado pronto, se ha esforzado muchísimo, se ha acostado tarde estudiando. Piensan que se ha esforzado mucho y contemplan la posibilidad de que haya dificultades de aprendizaje que le impidan superar los contenidos. En muchos casos lo que ocurre es que falta el poso necesario para que la memoria asimile y comprenda las lecciones.

Muchos alumnos confunden “lo entiendo” con “me lo sé”. Leen una lección y como la entienden, ya creen que se la saben y dejan de estudiar. Sin embargo, lo que les hace falta es ejercitación, repasar y hacer los ejercicios. Es importante que vean la ejercitación como parte de su estudio. Hay que enseñarles que “lo sé” es igual a “lo entiendo” más “me lo estudio”. Entender es lo más difícil, pero una vez que lo entiendes hay que aprenderlo: hay que dedicar esfuerzo, repetirlo, hay que usar la memoria.

Es importante que se autoevalúen o sean evaluados por otro mediante ensayos que les permitan comprobar el grado de dominio de los contenidos, la distribución de los tiempos y la presentación.

En este periodo de sus vidas, se producen cambios ya que Hasta los 12 años hay una gran facilidad para memorizar así, leyendo varias veces. Pero a partir de esa edad la memoria es la más lógica, más de relación, de sentido global. Hay chicos que pasan los cursos y siguen estudiando igual, leyendo veinte veces. Eso, además de aburridísimo, es un tipo de memoria peligrosa. Son los chavales de “lo tengo en la punta de la lengua”, “si me dice la primera palabra sigo yo”, “¿eso era lo que estaba en la página segunda?”. Sufren mucho, dedican mucho tiempo y según pasan los cursos va a peor.

Les cuesta mucho concentrarse, les cuesta el arranque: desde que se sientan hasta que comienzan a estudiar.

Es muy conveniente establecer una buena organización de su tarde que le permita aprovechar bien los tiempos y poder tener momentos para el deporte y disfrutar de intereses que no tengan que ver con lo académico y que les permita relajarse y desconectar.

Es conveniente plantear un horario de estudio en el que haya una hora fija para conseguir un buen rendimiento.

A esta edad los dándoles seguridad, valorando su esfuerzo, reforzando la confianza en que ellos son capaces, reforzando sus pequeños éxitos. Y, después, enseñarles a controlar esa ansiedad, enseñarles a relajarse.

OBJETIVOS
Entre los objetivos que perseguimos con el desarrollo del presente programa distinguimos entre:

Objetivo General:
Ofrecer al alumnado un programa de Técnicas de Estudio eficaz que les permita perfeccionar el proceso de “aprender a estudiar”.

Objetivos Específicos:
Conocer los hábitos de estudios del alumnado.

Eliminar las ideas negativas y errores que el alumnado puede tener sobre “la tarea de estudiar”.

Enseñar instrumentos para conseguir eficacia en el estudio.

Despertar el interés del alumnado por poner en práctica los consejos y técnicas aprendidos.