
Es una actividad en la que los alumnos, que pasan a secundaria con unos conocimientos básicos en el área musical, pueden desarrollar sus propias creaciones y ponerlas en práctica de manera grupal.
Normalmente los instrumentos con los que suelen llegar nuestros alumnos son: piano, guitarra, flauta, percusión e instrumentos de cuerda como violines o violas.
Al comenzar el curso se divide la clase en varios grupos y cada uno de ellos tendrá una variedad instrumental. Elijen una partitura y la trabajan hasta que consiguen tocarla todos de manera conjunta. En muchos casos, los alumnos incluso enseñan a sus compañeros a tocar otro instrumento que no es el suyo.
Por último decir que la sesión dispone de un momento en el que se da rienda suelta a la creatividad musical y los alumnos realizan sus propias composiciones.